Estos últimos dos días se han acercado mas a los fines de semana gastronomicos de Kosovo que a la dureza del ‘terreno’ que me imaginaba. Ayer fuimos recibidos excepcionalmente en casa de Enrique, que preparo una comidita en nuestro honor para que de paso conociésemos a otros españoles trabajando en la zona. El caso es que siguiendo los horarios nacionales, a eso de las 2 y pico estaba yo cervecita en mano, rodeada de españoles y un francés al que adoptamos :) y picoteando jamón y salchichón del bueno… vamos, que me lo llegan a decir y pienso que me estaban tomando el pelo!! El grupo fabuloso: Andrés, un chico medio escocés medio español que trabaja para
Después de la comidita y su consiguiente sobremesa, vuelta al hotel donde nos reencontramos con Marcel (que de nombres, verdad!), otro compañero que se incorpora a UNHCR en Darfur, después de muchas otras misiones a sus espaldas. Charlita tranquila en la azotea del hotel y listos para seguir conociendo Khartoum… Conseguimos arreglar un taxi local, que finalmente me hizo empezar a sentir un poco parte de esto… es difícil de explicar, no era un tuc-tuc (que son fabulosos, y sino que se lo pregunten a Jose que desde que llego no hace otra cosa que pensar como narices va a poder llevarse uno a Zafra jeje), pero tampoco un coche… es así como una mini-furgonetilla pequeñita y estrecha, a ver si consigo sacare alguna fotillo y así lo veis mejor. Fuimos al sitio de moda entre los internacionales y la elite local, una terracita fabulosa llamada Ozone. Genial! Me gusto la amalgama de gente, un poco de todo, túnicas, velos, mujeres al estilo mas tradicional y al mas moderno compartiendo mesas… muy variopinto. A la vuelta el ‘taxista’ nos comento que solía trabajar cerca de nuestro hotel, pero la policía que custodia la puerta (lo hacen en todos los hoteles) empezó a pedirle comisión por los clientes que llevaba… así que lo dejo y ahora no puede acercarse mucho por el área… bienvenue au Sudan!
El día de hoy ha sido por el estilo, Enrique nos vino a buscar y nos hizo un tour en coche por Jartum. La verdad es que es impresionante, el aeropuerto en mitad de la ciudad, avenidas de coches se entremezclan con caminos de tierra, caos circulatorio y urbanístico… Me encanto especialmente la zona próxima al río Nilo, la antigua zona colonial llena de edificios construidos por los egipcios y los británicos; casi todos se utilizan como sedes del gobierno, incluido el palacio presidencial, residencia de Al-Bashir, un edificio fabuloso! Como también lo es un hotel muy particular, muy pintoresco y lleno del encanto de la época, el Holiday Villa, cuya recepción y lobby se ha mantenido prácticamente igual. La zona en la que convergen los dos Nilos, el blanco y el azul, cruzada por un puente de hierro en el que aun quedan los restos de amarillo… y justo antes, lo que se planea como el nuevo ‘Dubai’; edificios impresionantes al estilo mas moderno y llenos de lujos y confort… niente male :P. Luego partidita de squash, zumito rico de nuevo en el Ozone y comidita rápida ñam ñam en Solitaire (esto lo escribo para luego acordarme yo, la próxima vez que venga a Jartum, del nombre de los sitios :P).
Y para concluir el día, otro zumo de frutas fabuloso – con eso de que no sirven alcohol, voy a salir de aquí súpervitaminizada jeje – en una terraza impresionante. Es un hotel/restaurante libanés – Assaha – increíblemente acogedor, con fuentes de agua, árboles, flores y un ambiente inmejorable… todo un lujo que la verdad no pensé fuese a disfrutar aquí :).
Mañana el trabajo empieza, yupppiiii! A las 8.30h nos recogen, maletas incluidas el resto aun es una incógnita, pero tengo ganas de descubrirlo.
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